Cada año, la ciudad de Ceuta se llena de fervor y tradición con la celebración de sus fiestas patronales dedicadas a la Virgen de África. En el corazón de esta festividad está la procesión, un evento que congrega a cientos de personas devotas y a la cuadrilla de costaleros que portan el paso de la patrona. Este artículo explora la historia, la pasión y el compromiso de un capataz que lleva 25 años al frente de esta emblemática procesión, revelando las emociones, desafíos y vínculos que acompañan a esta tradición única.
La devoción desde la infancia: raíces de una pasión
Primeros pasos en la fe
El capataz nos cuenta que su vínculo con la Virgen de África empezó desde niño, gracias a la influencia de su padre, que lo llevaba a la novena de la Virgen. Esta experiencia temprana fue determinante para que desarrollara una profunda devoción hacia la patrona de Ceuta. Además, formó parte de la corte de infantes junto a su hermano, y más tarde, en 1997, comenzó su etapa como costalero, para después integrarse en el equipo de capataces en 2001.
La responsabilidad de llevar el paso
Durante 25 años, ha sido responsable de dirigir a más de 50 hombres que han formado parte de la cuadrilla que porta el paso de la Virgen. Debido a la alta demanda y a la limitación de espacio, solo los costaleros que cumplen con requisitos específicos, como la estatura adecuada y compromiso con los ensayos, pueden formar parte de esta selecta agrupación.
La cuadrilla y el trabajo en equipo
Ensayos y preparación
La preparación para la procesión no se limita al día del evento; incluye múltiples ensayos donde se ajusta el paso, conocido como “igualada”, y la colocación cuidadosa del mismo en la iglesia para la novena. El trabajo es coordinado para que la imagen esté siempre en perfecto estado, lista para la ofrenda y las celebraciones posteriores.
La importancia del equipo
El capataz destaca que una buena cuadrilla es fundamental para el éxito de la procesión. El trabajo en equipo, la coordinación y la confianza mutua son la base para que todo funcione. Además, subraya el papel del equipo de mayordomía y otros colaboradores que trabajan en la preparación y cuidado de la imagen durante varios días.
La amistad y convivencia
Más allá de la tarea religiosa y física, la cuadrilla mantiene una relación estrecha de amistad que se extiende durante todo el año. Se reúnen para ensayos, comidas, y compartiendo momentos de camaradería que fortalecen los lazos y mejoran el desempeño del grupo.
Características únicas de la procesión de la Virgen de África
Un paso singular
El paso de la Virgen de África es una piedad, sin palio ni misterio, lo que lo convierte en un “híbrido” especial. La forma de portarlo es diferente a la de otros pasos tradicionales de Semana Santa. Se lleva siempre de frente y con un ritmo racheado, adaptándose a la música que acompaña la procesión.
La dificultad del trabajo bajo el paso
El paso fue diseñado originalmente para ser transportado en un carrito con ruedas, pero ahora se lleva sobre los hombros de los costaleros. Esto implica un esfuerzo físico considerable, especialmente bajo el clima caluroso de Ceuta, ya que el paso es cerrado y pesado, lo que genera altas temperaturas y un desgaste importante para quienes lo llevan.
La fe como motor
La fe y la devoción son la fuerza que impulsa a los costaleros a superar las dificultades físicas. Además, la tradición y el amor por el oficio, junto con la amistad, conforman el alma de esta experiencia única.
La procesión: un evento multitudinario y emotivo
La calle Jaudenes: epicentro de la devoción
Uno de los momentos más emblemáticos ocurre en la calle Jaudenes, donde la multitud se agolpa para acompañar y arropar a la Virgen. La petalada, la salve cantada por Enrique y David, y el calor humano hacen de este tramo un punto culminante de la procesión, que incluso sorprende a visitantes de otras regiones.
Anécdotas y momentos inolvidables
A lo largo de los años, el capataz ha vivido muchas experiencias emotivas, como el testimonio de una señora que superó un cáncer tras recibir la gracia de la Virgen. También se recuerda la íntima levantada que realizan antes de salir, dedicada a quienes no pueden presenciar la procesión pero que están presentes en espíritu.
La figura del capataz: liderazgo y compromiso
¿Qué hace un buen capataz?
El capataz debe contar con carácter, experiencia y, sobre todo, rodearse de un buen equipo. Sin una cuadrilla comprometida, el trabajo no puede salir adelante. La comunicación, la organización y la confianza son esenciales para dirigir con éxito esta labor.
Un papel de vida y devoción
Para el entrevistado, ser capataz es más que un cargo; es un privilegio y una responsabilidad que se asume con orgullo y amor. Aunque sabe que llegará el día de retirarse, espera que sea dentro de muchos años, dejando un legado de dedicación y respeto hacia la Virgen de África.
Tradición y futuro: preservar una herencia cultural
Evolución de la Semana Santa en Ceuta
A lo largo de los años, la Semana Santa ceutí ha evolucionado en cuanto a la organización, calidad de los enseres y la profesionalización de las cuadrillas. El capataz considera que documentar esta historia en un libro sería una forma valiosa de preservar y difundir esta tradición.
Un llamado a las nuevas generaciones
Existe un movimiento creciente de jóvenes interesados en formar parte de la cuadrilla. Sin embargo, el compromiso y el respeto hacia la tradición son requisitos indispensables para continuar con esta herencia que combina fe, cultura y arte.
Conclusión
La procesión de la Virgen de África en Ceuta es mucho más que un acto religioso; es una expresión de identidad, devoción y comunidad que se vive intensamente desde el corazón de sus protagonistas. La historia de 25 años de un capataz al frente del paso refleja la pasión, el esfuerzo y la amistad que sostienen esta tradición. A través de su relato, comprendemos que el verdadero valor de esta festividad está en la entrega y el amor por una causa común que une a generaciones y fortalece el espíritu de Ceuta.